Lo primerito que hicimos en Melaka fue ir a comer. Nos llevaron a un hotel, allí de lujo, donde pudimos escoger nuestra comida que estaba deliciosa. Sin embargo, la sensación de riqueza enmedio de unas vidas tan difíciles me desagradaba. No vimos hambre en Melaka pero si es cierto que hay personas que no van sobradas, sin embargo es una ciudad muy alegre y una de su principal fuente de ingresos es el turismo.
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